¿Por qué algunos médicos tienen diferencias de opinión?

No es la primera vez que acudimos a un médico por un dolor y nos dice que hay que operar. Sin embargo, cuando vamos a ver al cirujano, nos dice que no… ¿Por qué existen estas diferencias de opinión?

En ocasiones puede ser que tengamos un problema de salud y desde un médico especialista (bien sea de medicina familiar o de otra especialidad) nos derivan a otro con la intención de un tratamiento (por ejemplo, para operar). 

Ese médico nos deriva al otro porque opina que debería valorarse la realización de un tratamiento que él no puede realizar. Sin embargo, debe ser el médico que realiza ese tratamiento el que esté de acuerdo con la indicación ya que, aunque una enfermedad por si sola sí que tiene un tratamiento específico, las características propias de un paciente pueden hacer que no sea lo más adecuado en su caso y que el especialista considere mayor beneficio en uno y otro tratamiento.

Además, la experiencia de cada especialista condiciona el tratamiento que propone en cada paciente, de modo que, si un médico tiene muchísima experiencia en una cirugía (por ejemplo en cirugía laparoscópica o en la instrumentación de columna), puede ser que la indique más que un médico que tenga muy buena experiencia en la cirugía abierta o en la cirugía de columna sin instrumentar. Un tratamiento en manos de un cirujano experimentado puede ser tan bueno como otro tratamiento llevado a cabo por otro medico con otra experiencia.

En otras ocasiones, los pacientes pueden tener más de una afectación y ser difícil esclarecer, a ciencia cierta, la causa del dolor. Por ello, diferentes especialistas pueden proponer esperar a ver la causa exacta o arriesgarse en el tratamiento para evitar daños futuros aún asumiendo los riesgos del mismo.

Como se explica en las facultades de medicina, la medicina tiene un poco de ciencia, pero mucho de arte, por lo que la valoración personal tanto del paciente como del médico puede cambiar, sin que por ello indique un mal resultado de la misma. Es parte del paciente valorar el grado de confianza en el médico y solicitar incluso otra opinión si eso le va a ayudar a decidir el tratamiento con el que se sienta más cómodo.

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