Desde que el 8 de Marzo de 1857 las mujeres trabajadoras de una empresa textil en Nueva York salieran a defender sus derechos como trabajadoras, son muchas las manifestaciones y mujeres que han seguido sus pasos.
Si bien el día de conmemoración es anual, no debemos olvidar que existe una lucha diaria en diversos trabajos y países para conseguir una equiparación de salarios o puestos directivos con respecto a los compañeros de género masculino.

Y esta representación de la mujer en el mundo laboral ha sido fuertemente afianzada en la sanidad. Previamente destinadas a puestos de enfermería, la presencia de la mujer en las facultades de medicina supera el 80% del alumnado en muchos casos. Esta evolución permite un desarrollo laboral, personal y social que cobra fuerza cada periodo de matriculación.

Aún hay pacientes que esperan la visita del médico (en masculino) a la hora de pasar planta, aunque ya haya sido valorado por una médica (en femenino), por lo que entendemos que es difícil cambiar la mentalidad de la sociedad sometida a años de diferencial sociales. Pero no es imposible. Por ello, cada año seguiremos celebrando el día de la mujer trabajadora como fuente de inspiración y entusiasmo para luchar contra las desigualdades de género e inspirar a la siguiente generación de futuras sanitarias.


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