¿Cómo es una intervención quirúrgica? Conoce cómo es un quirófano

Todo el mundo siente miedo a lo desconocido. Por eso, es comprensible que muchos pacientes tengan miedo al quirófano. Queremos contarte como suele ser, para que puedas sentirte mas cómodo y tranquilo.

Para tu cirujano, la organización del quirófano empieza desde el momento que ve tu caso. Planifica mentalmente tu intervención y, una vez que te la ha explicado y se firma todo el papeleo, comienza la organización del personal y material, para que esté todo listo para cuando llegues tú.

Normalmente se ingresa el día antes o el mismo día por la mañana. Suele haber un protocolo de preparación de la zona de incisión, incluso puede ser que acuda un peluquero a rasurar la zona de la intervención.

Una vez limpio y preparado el quirófano, un celador te llevará a la sala de intervenciones. Por lo general, los celadores son personal hospitalario muy simpático (su trabajo es indispensable y aún conservan ese optimismo tan importante a la hora de ir a quirófano). 

Tras la primera puerta en la que debes despedirte de los familiares, suele haber una sala donde esperan los pacientes. Todos los quirófanos de las diferentes especialidades están en una misma zona, pero cada especialidad suele tener un quirófano asignado, con un personal habitual. Mientras estas en esta sala, el personal de tu quirófano comienza a preparar todo: las auxiliares comprueban que haya todo lo necesario en el quirófano, así como repuestos; la enfermera de anestesia preara las jeringuillas con la medicación que se vaya a necesitar; las enfermeras instrumentistas sacan el material y comprueban que este bien esterilizado; el anestesista comprueba de nuevo tus antecedentes, medicación previa (si, todo de nuevo, incluso es probable que te lo pregunte a ti también cuando entres a quirófano); el cirujano revisa de nuevo tu resonancia y otros aparatos que vayan a ser necesarios. 

Cuando está todo listo, otro celador te lleva a tu quirófano, donde verás a todo el mundo (unas 6-7 personas) ultimando los preparativos. Te volverán a hacer algunas preguntas de las que ya saben las respuestas pero necesitan que lo confirmes (el nombre, si sabes de qué te van a operar, tus antecedentes, si tienes alergias… Es lo que se denomina hacer el check-list).

Y una vez en la mesa de quirófano, empezarán a ponerte varios cables por el pecho (un electrocardiograma para ver el funcionamiento de tu corazón), en el dedo (un pulsioxímetro para ver la oxigenación de la sangre), en el brazo (el manguito de la tensión)… Probablemente haga frio, además estas indefenso, solo, con gente desconocida y encima, desnudo. La enfermera y anestesistas se presentan y cogen vías: un “pinchacito” que duele más psicológicamente que físicamente, pero que es el comienzo hacia la solución de tu problema. 

El anestesista te coloca una mascarilla para respirar por la que normalmente solo sale oxígeno. Probablemente tu ya respires bien, pero queremos que estes por encima de lo normal, para que todo vaya bien. Puede ser que notes algo de picor conforme el medicamento pase a través de la vía. Va todo como habíamos pensado. Ahora sí que puedes empezar a pensar en algo bonito, o a contar hacia atrás si prefieres… 

A partir de aquí tu ya no te enterarás de nada. Continuarán poniéndote más vías, más sensores de monitorización (otro sensor de presión arterial, un BIS para ver el grado de somnolencia, una sonda vesical para monitorizar el riñón…) El cirujano te coloca en la posición correcta con ayuda de los celadores y tras realizar la desinfección de manos y vestirse con ropa estéril, se coloca un sin fin de aparataje fruto del desarrollo de la tecnología.

Avisamos al anestesista de que comienza la cirugía y se abre la piel. Probablemente el cirujano haya realizado esa misma intervención en varias ocasiones por lo que en ocasiones se convierte incluso en algo automatizado. Hay quien escucha música, habla de la última película del cine… se trabaja de forma relajada igual que cualquier otro profesional en su trabajo.

Una vez finaliza la intervención probablemente salgas de quirófano extubado, o te extuben poco a poco en la UVI, la REA o la URPA, donde probablemente pienses que te has despertado ya que será lo primero que recuerdes. ¡Ya estás fuera del quirófano!.

¿Estás preparado para afrontar el quirófano con más confianza? ¿Es así como recuerdas el quirófano? ¿Qué es lo que más te impactó? ¿Quieres contarnos alguna anécdota que te haya pasado?

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