El síndrome de las piernas inquietas es un trastorno que ocurre preferentemente por la tarde o la noche al estar sentados o tumbados, que consiste en la presencia de unos «hormiguillos» en las piernas, que genera la necesidad de moverlas.
La gente suele describirlo como cosquilleos, hormigueo, picazon o incluso dolor con necesidad de moverlas, ya que el movimiento alivia esas sensaciones.
A menudo no se sabe por qué ocurre, de hecho, puede dejar de presentarse durante un tiempo y volver sin causa aparente. Algunas investigaciones apuntan a desequilibrio en la dopamina (un neurotransmisor cerebral que envía mensajes para controlar el movimiento de los músculos). También se ha visto relación con algunos trastornos como el déficit de hierro.

Aunque no es grave como tal, puede dificultar el sueño y generar insomnio, convirtiéndose en un problema para llevar a cabo las actividades de la vida diaria. No existe un tratamiento médico específico, por lo que te damos unos consejos para intentar minimizar su sintomatología:
- Cuida tu alimentación, con aportes de hierro y vitaminas (el déficit de hierro puede explicar hasta el 30% de los casos de síndrome de piernas inquietas)
- Evita el estrés sobretodo durante la tarde y primeras horas de la noche.
- Mantén horarios regulares a modo de ritual para conciliar el sueño.
- Elimina la tensión de las piernas con estiramientos o ejercicios de yoga. Además, no olvides mantener tus músculos ejercitados, para que consigan relajarse por la noche.
- Evita alcohol, cafeína, nicotina y otros tóxicos.
- Mejora la circulación mediante duchas de agua fría/caliente.

Si el dolor es incontrolable y limita mucho tu vida, algunos fármacos podrían ayudarte, pero no olvides consultar a tu médico antes de tomarlos.


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